Desde que va cayendo el sol es impresionante -y muy agradable- desfile de todo tipo de gente, modas y accesorios de fiesta, aunque siempre se perciben como algo en común la alegría y el ánimo por celebrar. Transcurriendo las siete, ocho, nueve de la noche, y mientras más se acerca el minuto que marcará el fin del año, un copioso universo de gente y estilos pasa frente a la vista de los espectadores en la Quinta Avenida: igualmente se ven esmóquines y vestidos de fiesta bermudas o sombreros de Panamá; gorras y anteojos, algunos con luces o brillantina anunciando el año que está por entrar.
El “minuto cero” llega y se da la bienvenida al Año Nuevo “con bombo y platillo”. Arrancan los fuegos artificiales, los descorches de champagne y la repartición de buenos deseos, pero es ahí donde la larga noche apenas empieza, no obstante que para el momento han sido ya varias horas de intensa celebración. Playa del Carmen despide un aura muy particular el 31 de diciembre de cada año, y es algo que, si tiene oportunidad, no se puede perder.